Innecesario, viéndome en
los espejos
con un gusto a semanas, a biógrafos, a papeles,
arranco de mi corazón al capitán del infierno,
establezco cláusulas indefinidamente tristes.
Vago de un punto a otro, absorbo ilusiones,
converso con los sastres en sus nidos:
ellos, a menudo, con voz fatal y fría
cantan y hacen huir los maleficios.
Hay un país extenso en el cielo
con las supersticiosas alfombras del arco iris
y con vegetaciones vesperales:
hacia allí me dirijo, no sin cierta fatiga,
pisando una tierra removida de sepulcros un tanto frescos,
yo sueño entre esas plantas de legumbre confusa.
Paso entre documentos disfrutados, entre orígenes,
vestido como un ser original y abatido:
amo la miel gastada del respeto,
el dulce catecismo entre cuyas hojas
duermen violetas envejecidas, desvanecidas,
y las escobas, conmovedoras de auxilios,
en su apariencia hay, sin duda, pesadumbre y certeza.
Yo destruyo la rosa que silba y la ansiedad raptora:
yo rompo extremos queridos: y aún más,
aguardo el tiempo uniforme, sin medidas:
un sabor que tengo en el alma me deprime.
Qué día ha sobrevenido! Qué espesa luz de leche,
compacta, digital, me favorece!
He oído relinchar su rojo caballo
desnudo, sin herraduras y radiante.
Atravieso con él sobre las iglesias,
galopo los cuarteles desiertos de soldados
y un ejército impuro me persigue.
Sus ojos de eucaliptos roban sombra,
su cuerpo de campana galopa y golpea.
Yo necesito un relámpago de fulgor persistente,
un deudo festival que asuma mis herencias.
con un gusto a semanas, a biógrafos, a papeles,
arranco de mi corazón al capitán del infierno,
establezco cláusulas indefinidamente tristes.
Vago de un punto a otro, absorbo ilusiones,
converso con los sastres en sus nidos:
ellos, a menudo, con voz fatal y fría
cantan y hacen huir los maleficios.
Hay un país extenso en el cielo
con las supersticiosas alfombras del arco iris
y con vegetaciones vesperales:
hacia allí me dirijo, no sin cierta fatiga,
pisando una tierra removida de sepulcros un tanto frescos,
yo sueño entre esas plantas de legumbre confusa.
Paso entre documentos disfrutados, entre orígenes,
vestido como un ser original y abatido:
amo la miel gastada del respeto,
el dulce catecismo entre cuyas hojas
duermen violetas envejecidas, desvanecidas,
y las escobas, conmovedoras de auxilios,
en su apariencia hay, sin duda, pesadumbre y certeza.
Yo destruyo la rosa que silba y la ansiedad raptora:
yo rompo extremos queridos: y aún más,
aguardo el tiempo uniforme, sin medidas:
un sabor que tengo en el alma me deprime.
Qué día ha sobrevenido! Qué espesa luz de leche,
compacta, digital, me favorece!
He oído relinchar su rojo caballo
desnudo, sin herraduras y radiante.
Atravieso con él sobre las iglesias,
galopo los cuarteles desiertos de soldados
y un ejército impuro me persigue.
Sus ojos de eucaliptos roban sombra,
su cuerpo de campana galopa y golpea.
Yo necesito un relámpago de fulgor persistente,
un deudo festival que asuma mis herencias.
Análisis: El poema que escogí es “Caballo
de los sueños” de Pablo Neruda; antes de poder analizar el poema tenemos que
analizar la forma del poeta, pues en este caso Neruda en sus poemas es el. La
poesía de Neruda no es una biografía anecdótica, aunque parezca; es ante todo
la historia de una conciencia humana; desde sus comienzos, ha sido siempre el
reflejo artístico y paralelo de la vida del poeta.
“Caballo de los sueños”, es cierto que cada lector
expresa de diferente manera un poema, pues cada uno tiene una historia para
contar dentro de sus versos y que expresa las emociones que siente al leerlo.
Neruda pudo expresar de una sola forma este poema, pero yo lo puedo expresar de
otra; para mí da a entender los pasos del hombre por la vida, esa vida que poco
a poco se ha ido deteriorando y que al pasar los años le ha sabido a sabor
amargo.
En sus primeros versos no me expresan alegría,
quizás un tanto de emoción pero no felicidad; la mirada triste de un anciano
que espera su lecho de muerte. Conforme la historia sigue, narra el pasar al
cielo y lo bonito que es. ¿Caballo? Pues sí, hay una relación entre versos y
verso de la vida y las características de un caballo, mucha metáfora para un
increíble poema, y mucha expresión para pasares de la vida.
Autor:
Murillo Ramos, Sheyla.
Ciclo:
IV
Curso:
Literatura Latinoamericana
Falta la presentación del blog. Y el orden de la temática, como se expuso.
ResponderEliminar"Un ejército impuro me persigue". El poeta está perseguido por movimientos salaces de su corazón "el capítán del infiermo que arranco de mi corazón",y se impone una batalla que lo lleva hasta los sastres, saltando sobre sepulcros,sobre batallones desiertos de soldados, en cierta paz interrumpida por la persecución salaz. Un caballo espiritual de los sueños que alzado en combate le aleje de esas hambres concupiscentes, ya que "amo la miel gastada del respeto", frente al deseo del onanismo: debió de tener 24-32 años cuando lo compuso. El tema del "canto" y del "sueño" son principales en la inspiración creativa que le dan hilo narrativo para la expresión del tema principal. Y "en la escoba halla auxilio, en "el dulce catecismo",en lo más familiar conservado en lo profundo.
ResponderEliminarsi me ayudan con unas características amig@s
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